En Chile, el sueño de la casa propia se ha vuelto cada vez más esquivo para miles de familias. Así lo demuestra el reciente informe publicado por el Diario Financiero, donde se identifican seis factores clave que están dificultando seriamente el acceso a la vivienda: el alza sostenida de precios, las elevadas tasas de interés, el aumento de los dividendos, la brecha entre ingresos y costos, la escasez de subsidios y las exigencias crediticias, conocidas popularmente como “permilología”.

Actualmente, el 61,1% de los hogares chilenos vive en una vivienda propia, mientras que el 26,2% arrienda y un 12,7% se encuentra en otras situaciones habitacionales. Regiones como La Araucanía y O’Higgins presentan los niveles más bajos de tenencia propia, con cifras que rondan el 51%, mientras que otras como Aysén alcanzan hasta el 70,7% de viviendas propias.

El Índice Real de Precios de Viviendas (IRPV) confirma esta dificultad creciente: desde 2018 a marzo de 2024, el índice ha aumentado de 121,7 a 157,4 puntos, reflejando un encarecimiento constante. Este fenómeno va de la mano con la caída en las ventas de propiedades, que aún no se recuperan a los niveles prepandemia. Mientras en marzo de 2019 se vendían más de 14 mil viviendas, hoy apenas se transan unas 8.906 unidades.

Por otro lado, el mercado del arriendo también enfrenta presiones. En la Región Metropolitana, la ocupación de departamentos se encuentra en niveles récord (98,4%), lo que se traduce en un alza de precios, especialmente en multifamily, donde el valor UF/m² ha llegado a 0,26.

Desde mi rol como corredor de propiedades, con más de dos décadas en el rubro, puedo afirmar que estamos frente a un escenario desafiante pero no imposible. La asesoría experta es hoy más que nunca una herramienta clave para encontrar oportunidades reales dentro de un mercado cada vez más competitivo y selectivo.

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